Viviremos pletóricos en cincuenta metros cuadrados, hipotecados o realquilados. O mejor, saltando, el que pudiendo quisiera, en zig-zag.
Inmoderados o moderados, o inmoderadamente moderados. O moderadamente inmoderados, o inmoderadamente inmoderados.
Mientras escuchaba aquellos versos, una perla cristalina resbalaba por su mejilla.
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