jueves, 31 de mayo de 2012

Olvido

  Dicen que el tiempo y el olvido son como hermanos gemelos, que vas echando de más lo que un día echaste de menos.

 Los gritos de los niños en la calle le apremiaban a cerrar la ventana. El calor le suplicaba que la dejase abierta. La música cobraba vida y perfilaba colores mientras comenzaba a sonar en los auriculares. Cerró los ojos y dejó volar su memoria. Se intentó visualizar a la misma altura de años anteriores, y descubrió con cierta extrañeza que el recuerdo de aquellas épocas ya no le causaba aquella melancolía urente. Por primera vez en mucho tiempo, el futuro parecía algo más que un ideal intangible. Pero no podría dar el siguiente paso mientras siguiese atado por la misma cuerda.

Recordó que hacía mucho tiempo que no intentaba tirar de aquella cuerda. Sintiéndose extraño, siguió el imaginario recorrido de aquella invisible atadura, y pudo comprobar que en el lugar en el que antes había algo haciendo fuerza, ahora no había nada salvo el cabo de una soga que no existía. Y lo que le sorprendió fue el ser consciente de que no sentía nada al respecto. Así que cerró la puerta, abrió la ventana de par en par, y dejó entrar la cálida bofetada del verano.

domingo, 27 de mayo de 2012

with you


Now I'm trapped in this memory
And I'm left in the wake of the mistake slow to react
Even though you're close to me
You're still so distant and I can't bring you back


Los primeros rayos de sol le arañaron los párpados, indicando que era un buen momento para salir de la cama y comenzar un nuevo día. Lentamente, el recuerdo de los sueños que le habían mantenido en movimiento toda la noche se hizo vívido, y paladeó los buenos momentos pese a lo volátil de su esencia. Semanas antes había leído que, al parecer, las personas que aparecen en los sueños están en realidad añorando al soñador. La idea pasó por su cabeza como en uno de esos paneles de letras rojas en los que sale la cotización de la bolsa, y se evaporó con la misma velocidad con la que había aparecido. Se puso en pie y agarró torpemente los auriculares, aún medio dormido.

La última canción que había escuchado antes de acostarse aún estaba a medias, así que decidió volver a escucharla desde el principio. Llevaba muchos años escuchando ese disco, y con los años había aprendido a descubrir nuevos significados a las letras. Mientras las palabras y los acordes formaban remolinos en su mente, desbloqueó un nuevo enfoque para una de sus canciones.
La simple idea le dibujó media sonrisa en la cara. Nunca se cansaría de encontrar nuevos matices en la música.

sábado, 19 de mayo de 2012

Amnesia

La cabeza le daba vueltas. No sabía muy bien por qué. Tal vez el exceso de cafeína, o tal vez los nervios. Tal vez la nicotina, o el calor asfixiante. Las letras y los esquemas bailaban mientras un número desconocido llamaba una y otra vez. Se sintió como Daniel, el protagonista de Amnesia: confuso, desorientado. Había pasado demasiado tiempo lejos de una fuente de luz y su cordura estaba al mínimo. No le quedaba aceite en el farol y el láudano se terminó hace tiempo. Y aún quedaba lo peor. En ese edificio pequeño y lleno de esquinas, mirar a uno de los seres acabaría con la poca cordura que le quedaba.


 Y simplemente, sucedió. Comenzó a escuchar por los auriculares una de esas canciones que el modo aleatorio sincronizaba a veces con su estado de ánimo.